En el mundo que nos toca vivir no podemos predecir las situaciones a las que estaremos expuestos. Esto es cierto no sólo en cuanto a personas, sino que también a sociedades grandes y pequeñas: países, empresas, continentes, etc. Esto es afortunado, porque si pudiésemos predecir los acontecimientos futuros, la vida carecería de encanto.
Como no sabemos a qué estaremos expuestos, no podemos crear un plan de acción ante todas las posibilidades. Pero sí necesitamos un plan de acción. Una persona sana debe poder deducir qué es lo mejor que debe hacer ante x ó y circunstancia. Claro, existe la posibilidad de no querer saber a qué estaremos expuestos, pero esto equivale a tener un barco sin rumbo que va en el mar a merced de los acontecimientos externos.
Es por eso que los seres humanos tenemos nuestros códigos de valores, nuestra moral. Cada persona tiene una escala de valores distinta, y actúa de acuerdo a ella. Cuando se presenta una eventualidad, la persona revisa su escala de valores, sus reglas de actuación, y responde de acuerdo a ella. Como seres humanos estamos todo el tiempo decidiendo cosas. Nuestras desiciones se basan en nuestro código de conducta. El código de conducta, las reglas morales no son relativas, porque de serlo no tendrían razón de ser. Si mi filosofía es “yo actúo de acuerdo a las circunstancias” y cuando me pasa algo hago algo, y eso me vuelve a suceder y hago algo diferente, simplemente no tengo filosofía. Recuerdo hace muchos años alguien que me dijo “el que no vive como piensa, para pensando como vive”.
Por ejemplo, una persona que tiene en su código de valores “no robar”, sabe que ante cualquier circunstancia que se le presente, el robo no es una opción. El ejemplo parece obvio, pero no siempre lo es. Supongamos un estudiante tiene muy en alto en su escala de valores el obtener buenas calificaciones. Ante cualquier circunstancia el actuará apegado a esta idea, si realmente quiere las notas altas. Cuando sus amigos le inviten a salir, el deberá calcular que tanto le conviene distraerse un rato o aprovechar el tiempo repasando. Y nuestro mecanismo de elección es tan innato, que se vuelve casi automático.
De igual manera sucede cuando se toman desiciones políticas. Especialmente en un sistema democrático muy partidista, como el nuestro. Las desiciones que un grupo político debe tomar son muy variadas: aumentar ciertos gastos públicos; aprobar tratados internacionales; aumentar, cambiar o eliminar impuestos; fiscalizar una vasta gama de gastos y de hechos, reaccionar ante desastres naturales, regular los negocios, etc, etc, etc.
Al momento de proponerse a un cargo público el partido hace ciertos ofrecimientos a los ciudadanos. El grupo político intenta predecir a su gusto los futuros acontecimientos del país y ofrece lo necesario para llegar al cargo al que optó. Pero si un grupo político tiene una ideología definida, esto ya no se hace necesario, porque el electorado sabe qué y qué no hará el partido elegido ante cierta circunstancia.
Un partido libertario tiene unas directrices de comportamiento que nos permiten preveer con certeza qué acciones tomará ante cada circunstancia imaginaria. Lo mismo un partido de izquierda. Los electores valoramos cada parte y elegimos. Es más, en una democracia viva, los electores tienen una preferencia, y generalmente optan por ella la mayoría de veces. En Estados Unidos o se es demócrata o republicano, en España PP ó PSOE, etc. Quien sea el nombre de la persona a ocupar el cargo importa, pero ya no tanto.
Dice el dicho que si Juan roba a Pedro para darle a Pablo, Pablo siempre votará por Juan. En un juego democrático se tiene la errónea idea de que se hace lo que “la mayoría quiera”. Incluso no es el caso nuestro, nuestro caso es “gana el que más ofrezca lo que la mayoría quiere” porque rara vez se cumplen las promesas. Generalmente pasa esto por ser totalmente infactibles.
Entonces si no hay partidos con ideología se vota por los ofrecimientos. Pongamos el ejemplo de los maestros. Si no estoy mal, son como 180,000. A veces los maestros piden cosas que a ojos de todos son abusivas. Aunque los que piden son generalmente los líderes, y sería injusto generalizar. Siempre quieren aumentos de sueldos, pero se les paran los pelos si se les exige que se capaciten. Por alguna extraña razón consideran injusto que se pague más al maestro mejor preparado, pero les parece totalmente justo que se le pague más al que más tiempo lleva laborando. En una democracia como la nuestra NUNCA un partido sin ideología va a poner este tipo de cosas en su lugar. Los partidos verán como ganarse el favor de los 180,000 maestros. Porque al parecer la ideología es “hacer lo necesario para llegar al puesto”.
En Guatemala cada cuatro años aparecen nuevas opciones. Los políticos hacen lo posible para hacer parecer ingenioso su plan de gobierno. Pero a la hora de preguntarles sobre su ideología, casi que responden: “no tenemos una”. Y esto es lamentable. Seguimos votando por nombres y apellidos y no por ideas. Ante cualquier circunstancia yo no tengo idea de como actuaría un diputado de la Gana, de la UNE, del PP, de EG, del FRG, etc. Pero sé la postura que tendría un candidato de URNG-MAIZ o de ANN.
Si queremos que la democracia funcione, de primero necesitamos que todos entendamos qué es la democracia. Luego que es lo que nos ofrecen los partidos. La factibilidad y las consecuencias de eso. Pero sobre todo que surjan partidos con una ideología marcada, y que los que pertenecen al partido se apeguen a esa ideología. Me parece de lo más bajo casos como los que se dieron que a menos de una semana de ser electos por un partido x, muchos alcaldes se hayan “cambiado de camiseta” por el partido y. En sí es una bajeza del alcalde. Pero sobre todo me soprendió ver a Colom y a Perez regocigarse en ello y recibir al alcalde con los brazos abiertos. ¿Qué clase de ética es esa? La Nula.
luishernan@gmail.com
3 thoughts on “La ideologia es importante”
Vos que virgo esta ahora tu Blog..
Juan Pablo Chaclan
Viniendo de vos es un halago. Gracias.
guisho
Fernandez, despues de un post tan ilustrativo. Yo me atreveria a decir que la Ideologia es lo mas importante. Como vos decis, aqui la cosa es ver como me gano el voto de aquellos que son un monton, como los ExPac y los Maestros. Y el electorado se pone a pensar por quien vota, en dependencia de lo que le ofrecen, que por lo general nunca se cumple, y no escoge en dependencia de lo que piensa, de tal manera de saber como actuaria su cantidato en determinadas circunstancias.
Y es precisamente eso, lo que los partidos y candidatos a puesto publicos no dicen, como piensan, que idiologia tienen. Yo me imagino que si la tienen, y ha de ser ser algo como… “miro que digo mientras los convenzo”. Como vos decis, La Etica Nula.
Buenisimo el punto.
Juan Pablo Chaclan