La antorcha, venida desde Panajachel, Sololá, acaba de llegar al muelle de La Buga, Livingston. Hay cierta expectativa por ver ese símbolo de libertad, que hace casi 200 años nos gloriamos de tener. Se entonan las notas del himno nacional. El suministro eléctrico se cae en el parque central, quedando sólo las voces cantando, la luna iluminando y la bandera cuidada por dos antorchas. El fervor se respira en medio del calor. Resaltan en mis oídos el canto de “…pues tus hijos, valientes y altivos, que veneran la paz cual presea, nunca esquivan la ruda pelea, si defienden su tierra y su hogar. Nunca esquivan…“. Sin duda don José Joaquín Palma se inspiró en estas letras con la mente en extranjeros amenazando esta tierra. Pero ahora no hay amenazas de invasión ni de guerra. Ahora hay muchos que “con ciega locura, sus colores pretenden manchar“. Esa llamada a “vencer o morir” ya no es contra gente de afuera. Aquellos que tienen de rodillas “la paz cual presea” están aquí mismo. Esos que manchan la bandera impidiendo a los demás caminar en paz por las calles, creando una paranoia cada vez que se sale a las calles, que aterran con asesinatos y secuestros, que matan y hieren a los buenos hijos de esta tierra, esos, están aquí.
Pregunta, hijos valientes y altivos de esta tierra, ¿estamos esquivando la ruda pelea?
2 thoughts on “Nunca esquivan la ruda pelea”
Animo, vos!!! Nos vemos el 20 en El Obelisco? Saludos
Luis Figueroa
Hoy si te echaste un 100. Tenemos que darnos cuenta que los que están haciendo pedazos a nuestra Guatemala somos nosotros mismos, los guatemaltecos. De hecho me atrevería a decir que es por culpa de unos cuantos malos guatemaltecos y el resto de nosotros que no hacemos nada por evitarlo.
Merino