Estaba pensando que muchos de los libros que leo en la actualidad, y que reflejan mis intereses, tienen sentido en el momento actual : cómo manejar mejor el tiempo, cómo concentrarme mejor, como trabajar fuerte e inteligente, cómo ejercer cambios positivos, cómo motivar a las personas, cómo tener más paz, cómo lograr los objetivos, cómo encontrarle objetivo a la vida, al día día etc.
Cuándo sea viejito, estos no tendrán sentido. Digamos, si me toca vivir a mis noventa años, cuando este por esas alturas, aunque pienso estar trabajado, estoy claro que mis niveles de energía y de capacidades estarán hasta cierto punto disminuidos, especialmente si los comparo con los niveles de hoy. A mis noventa años, el manejar mejor el tiempo, el concentrarme mejor y temas “hacia adentro” serán relevantes, pero poco. Temas como trabajo inteligente, objetivos, y liderazgo, serán harto irrelevantes. A mis noventa, ¿a quién querré dirigir? ¿qué objetivos “a largo plazo” tendré? En todo caso, en ese tiempo puede que esté interesado en mi legado, pero en todo caso, ese estará ya construido, o no.
Seguramente tópicos como “el más allá” serán más importante. O libros religiosos que le darán un sentido más adecuado a mi cerebro anciano. No sé, me pregunto esto pensando en lo siguiente: si muchos de los temas que ahora son importantes, no lo serán en 40 años, ¿eso hace que no sean importantes? ¿cómo es la “gradualidad” que los hará menos importantes? Sin duda que un libro de una vida plena tendrá más impacto a los 20 que a los 30, y a los 30 que a los 50. ¿Pero un libro del “por qué” de la vida?
En todo caso, lo que me quedo con este pensamiento, es que es importante hoy, ahorita, que puedo leer, que puedo aplicar lo que leo, que puedo aprender, que tengo energías para hacer cambios positivos. Tic, tac, tic, tac…a aprovechar el tiempo, carpe diem.