Hace unos días estaba donde mi primo Mickey, para el cumpleaños de su hija Mariel, y miraba un album de fotos de hace veinte años. Mi familia toda muy cambiada, y todos riéndonos de los años que han pasado encima. Siempre me ha gustado mantener una historia, sin otro afán que el de escribir -literalmente- una historia propia. Este afán siempre me ha llevado a escribir un diario personal, más privado que cartas presidenciales, que no estoy dispuesto, y nunca creo estar, a compartir con alguien. Pero hay una historia que sí quiero compartir, no sé necesariamente a quien, siempre pensé en mis hijos, pero compartir.
Miro a mi vida como una vida interesante, al menos yo lo veo así. En este munto online a veces se nos escapa lo más personal nuestro, lo más “yo”. No quiero compartir como en facebook u otras redes sociales “para que te vean”, más bien quiero dejar una bitácora, como los capitanes de barcos de antaño, en la que algún día pueda volver atrás y recordarme de ella.
Así que aquí vamos. Algunas cosas serán de cosas pasadas, quiero recolectar historia presente.
Por eso nace este espacio. Existe facebook, existe twitter, existen mil y otras herramientas para compartir, pero por rebeldía interna, o por cruces que tengo, no me paran de convencer. No quiero tampoco estar tan expuesto ni participar tanto de esos submundos. Necesito algo más “mío”.
Luis
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