Ese tono anaranjado amarillento que se perfila en la cortina a esta hora del día, no todos los días, pero sí en los días como hoy. No te imaginas cuanto quisiera que fueras capaz de verlo conmigo, te haría sin duda sentir la tranquilidad que siento ahora yo.
Dispensa, me he confundido. No es anaranjado, es rosa amarillento. Lo siento, pero definitivamente soy algo daltónico.¡ Ojalá pudieras verlo, es tan hipnotizante y bello! Pensé tomar una foto para que la vieras, pero sé que la réplica sería no más un pálido reflejo de lo que ahora yo veo.
Oye, algo pasa afuera. Dispensa de nuevo. Lo que veo no es naranja, no es amarillo ni es rosa. Es un extraño patrón de colores. Pero ahora comienza a dominar el azulado, sí así como el cielo o el mar.
Ahora que vuelvo las cosas están un poco más grises. No sé por qué gozan mis ojos jugar así conmigo. Pero efectivamente veo mucho gris. Algo de blanco y el azul no es más que un tímido ingrediente. Que lástima, como me gusta el azul. Pero igual sigue siendo bello.
Negro. Ahora te lo digo con total certeza, sí es negro. Dejé de escribir muchos momentos para no volverme a confundir, y no sé hace cuanto que no escribo, pero desde hace mucho que lo que veo es negro. Hay hermosas pequeñas grietas blancas, pero definitivamente predomina el negro. Algo azulado debo decirte, que bueno, porque ¡Como me gusta el azul!
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