Es sorprendente la cantidad de personas, en las que a veces me incluyo yo, que viven sus vidas en pausa, haciendo cosas mientras hacen lo que realmente quieren hacer. Es común escuchar comentarios diciendo “estoy trabajando en esto que no me gusta *mientras* junto para hacer esto otro que me gusta”, o “estoy con esta persona que no me llena *mientras* encuentro alguien que lo haga”, “estoy haciendo esto *mientras* espero que pase esto que quiero”. No es malo hacer una ciertas cosas que no nos convencen para lograr lo que queremos, lo que esta mal es ese *mientras*, porque -mucho cuidado- ese *mientras* se puede volver tu vida, y eso que deseas puede nunca llegar.
Analiza un poco hoy tu vida, lo que haces, lo que quieres y lo que piensas. Ten mucho cuidado de no ser uno de los muchos que hoy viven frustrados cincuenta semanas al año con el afán de gozar dos de ellas. Si lo que haces te irrita todos los días algo esta mal, y si no haces algo por cambiarlo, solito no va a cambiar. Una que otra vez tendrás la suerte que cambie, pero estarás dejando tu satisfacción en fuera de tu control. Y ese es uno de los errores más grandes que pasan hoy.