Nací en una tierra de volcanes, y si tuviese un escudo de armas personal, este tendría que tener volcanes. Me encantan, los escalo, los contemplo, me dan paz. Chile me dejó gratas sorpresas. Y si los volcanes me los regalan a la par de un lago, como en este caso el Llanquihue, se convirtió en uno de mis paisajes favoritos, junto a los volcanes que puedo ver pegados al lago Atitlán, o al Cocibolca.
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