Los diputados y quienes les circundan son personas que viven de nuestros impuestos. Impuestos que no nos preguntan si les queremos dar. Impuestos que no son más que el fruto de nuestra labor que nos obligan a regalarles so pretexto de que mantengan un orden en nuestra sociedad, regalos que si no les hacemos nos mandan a la cárcel. Y tanto nos piden de regalo que hasta tienen en promedio diez asesores bien pagados cada uno, asesores que no sé si se puede decir que les ayudan a hacer su trabajo, porque no veo cuál es ese trabajo. Si 99 diputados votaron que sí a esta ley podemos asumir que la ley fue leida por 99*10=990 personas, es decir que entre casi mil personas ninguna pudo darse cuenta del “errorcito” de redacción que surgió en el camino. Todo esto me recuerda aquel chiste en el cual llegaba un desemplado a preguntar sobre una plaza a una carpintería. El carpintero le pregunta
*bueno, y cómo es su manejo con el cerrucho?
°pues la verdad no sé usarlo.
*mmm, y la lija, es esa su especialidad?
°no, tampoco se lijar
*entones tal vez es un maestro del cincel…
°no, no sé como manejarlo
*pero bueno, entonces que sabe usted hacer?
°pues la verdad es que nada…
*y por cierto, quién es el señor que le acompaña?
°ahhh, el es mi ayudante….
Les pagamos, y muy bien, por representarnos, por dedicar su tiempo a velar porque las leyes estén de acuerdo con lo que su pueblo espera. Probablemente por incapacidad, se llenan de asesores que les hacen su trabajo. Forman comisiones, adquieren celulares, computadoras, seguridad todo en pos de poder hacer una representación más adecuada de quienes les eligieron. Hasta almuerzo gratis les damos. Pero nos vienen con este tipo de leyes!! ¿Cómo es eso de que el Congreso, por unanimidad, pide al Presidente que vete la ley que le acaba de mandar?
Con cinco o diez guatemaltecos que entrevistemos nos damos cuénta fácilmente qué es lo que nuestro país pide. Nuestro pueblo clama por muchas cosas, pero hoy día clama, grita por seguridad. Lo demás, por el momento, es totalmente secundario. Pocos deberes reales tiene el Estado, muchos más se le han asignado por esa tendencia al parasitarismo que tenemos, pero si las autoridades no cumplen el más sagrado de sus deberes, proteger la vida de los ciudadanos, estamos fritos. Estamos llegando a puntos en los que las policías privadas triplican en número a la policía nacional, estamos llegando a vernos armados, a ver como en muchos lados la justicia está buscando llegar a manos de la gente. Si bien esto no es ni lo correcto ni lo que la mayoría deseamos, es a lo que estamos llegando.
No queremos más leyes, no queremos que un grupo de personas de dudosa procedencia promuevan proyectos de desarrollo con fondos no auditables, no queremos que nos enseñen cuántos hijos tener, no queremos se echen almuerzos de Q25,000 diarios, no queremos que nos enseñen sus Hommers nuevos, no queremos aereopuertos nuevos, no queremos nuevas deudas para pagar sus exquisiteces, no queremos circos, no queremos fertilizantes, no queremos TLC, no queremos pagos a ex paramilitares asesinos….Antes que eso queremos salir tranquilos a la calle, queremos sentirnos en un país en el que sepamos que tenemos altas probabilidades de volver a nuestras casas cuando en la mañana vamos para el trabajo, queremos saber que el celular que compramos va ser para nuestro uso, queremos ver titulares distintos en los diarios, queremos dejar de pagar “impuestos” a maleantes, queremos cárceles seguras, queremos penas, investigaciones….queremos seguridad, queremos paz, queremos vida. Si no tenemos esto todas, absolutamente todas, las atribuciones del Estado pasan a un plano mil veces inferior. Sin protección a nuestras vidas todo lo demás carece de sentido.
Por favor, démonos cuenta de que no estamos para lujitos. Tenemos un presupuesto muy limitado que no podemos gastar en resolver mil problemas, y ya debieron de entender que endeudarnos más no es una opción. No podemos impulsar proyectos de reforestación, de educación, de vivienda, etc. si no están seguras nuestras vidas. Dense cuenta señores que sus representados clamamos por paz, por seguridad. Dense cuenta de que justicia y seguridad deberían ser las prioridades de su tiempo y del presupuesto que manejan, dense cuenta que no queremos que nos hagan caridad, queremos que cumplan por el trabajo que les pagamos. Tantos hablan de las épocas de Úbico (cada vez lo escucho más) en las que habían represiones, pero había seguridad en las calles, habían condenas, habían investigaciones. Señores hagan su trabajo. Ya sé que nadie los puede despedir, que nadie los puede interpelar, que ustedes creen que todo lo hacen bien, que se sienten sagrados, pero por favor recuerden por qué están ahí. Muchos de ustedes están ahí sin merecerlo, otros sin saber qué hacen ahí, muchos por razones ajenas a la razón por la que deberían estar ahí, pero sepan que llevan una gran carga moral en sus espaldas que no pueden, ni deben ignorar. Sus representados tienen memoria corta y se olvidarán pronto de sus barbaridades, sus representados tienen serios problemas para unirse y dar a escuchar su voz, están ya acostumbrados a que los insulten en la cara y ustedes lo saben se aprovechan de ello, pero tengan seguro que el que la hace la paga.
Finalmente quiero copiar textualmente los primeros tres artículos de nuestra constitución política. Creo que muchos guatemaltecos comparten mi opinión de que podemos dejar los demás de lado los 278 restantes mientras estos no se cumplan, primero lo primero….
ARTICULO 1o. Protección a la Persona. El Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona y a la familia; su fin supremo es la realización del bien común.
ARTICULO 2o. Deberes del Estado. Es deber del Estado garantizarle a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona.
ARTICULO 3o. Derecho a la vida. El estado garantiza y protege la vida humana desde su concepción, así como la integridad y la seguridad de la persona.