El agotamiento del ego y la fatiga de decisión

El concepto de ego depletion, o agotamiento del ego se basa en el concepto de que la fuerza de voluntad de una persona es finita y disminuye durante un período de tiempo mientras se la va utilizando. Por ejemplo, una persona que está en una dieta, constantemente rechazando la tentación de una deliciosa barra de chocolate, esta persona será más propensa a caer en otra tentación al final del día, ya que su porción de fuerza de voluntad diaria ya fue utilizada.

El concepto de fatiga de decisión se refiere a que la calidad de las decisiones de una persona decrece en un período de tiempo dado sin descanso. El típico ejemplo es que está demostrado que las decisiones de los jueces son de menor calidad al final del día, y antes de su hora de almuerzo.

La idea de ego depletion ha estado en los ámbitos científicos por varias décadas. Recientes estudios confrontan lo robusto de la teoría limitando su aceptación, incluso frente a la gran cantidad de material que se ha fundamentado sobre el tema.  Independientemente de esto, creo que es importante, porque en ambos casos tienen que ver con la autorregulación y  poder contener impulsos.

Cada decisión involucra una disyuntiva, una elección que toma algo de fuerza de voluntad. Ir a comer saludable implica no comer algo más sabroso pero menos  beneficioso. Levantarse ahora involucra no dormir cinco minutos más. El proceso de hacer decisiones conlleva un pedacito de la razón diaria de voluntad que tenemos.

Como consecuencia de esto, automatizar decisiones triviales es importante, por dos razones. La primera, al no decidir en cosas triviales, elevo la probabilidad de que las decisiones importantes más tarde en el día sean de mayor calidad. Y segundo, al no decidir, mantengo mis reservas de fuerza de voluntad intactas.

¿Qué cosas se pueden automatizar? El primer ejemplo, la ropa. Obama, Zuckerberg, Jobs y muchos otras personalidades, conocidas por su capacidad de generar y tomar decisiones acertadas, usan la misma ropa, o la misma base de vestimenta, para vestirse todos los días. Se puede estar elegante, o presentable, o hipster, vistiéndose todos los días igual. Además, hace que mantener el guardarropa sea más sencillo. Si a alguien no le funciona esto, una alternativa es elegir toda la ropa de la semana de antemano, de modo que todos los días ya estén elegidas las prendas a usarse.

Otro ejemplo la comida. Se puede elegir la comida de antemano en la semana, comer en algún tiempo siempre lo mismo (por ejemplo, desayunar siempre lo mismo, algo saludable), o tener un cartón pre-definido de menús de restaurantes, y elegir cualquiera al momento de comer.

También puede automatizarse las aventuras del fin de semana. En vez de ponerte a pensar el sábado en la mañana ¿qué voy a hacer hoy? puedes tener una lista de lugares que quieres visitar, o de cosas que quieres hacer, y elegir cada mes las que harás durante los fines de semana, de manera que al llegar el sábado ya sepas qué harás. Y hasta aprovecharás más el sábado porque tendrás más tiempo de hacerlo.

Son muchas otras las cosas que puedes automatizar paran ahorrar tu preciada capacidad de hacer decisiones correctas y tu fuerza de voluntad para las cosas importantes. Puedes organizar cuándo cortarte el pelo, cuándo cortarte las uñas, cuándo cambiar tu cepillo, cuándo llevar al perro al veterinario, cuándo visitar a tu familia, etc. ¿Qué cosas podrías a comenzar a automatizar hoy?

 

La habilidad de controlar el impulso es la base de la voluntad y el carácter

Esta frase la tomé del libro “Emotional Intelligence”, aunque la he visto en otros círculos atribuida a diferentes personas. Es de las pocas frases que me parece que un niño debe aprender y aplicar durante su crecimiento, y que muchas veces a los adultos nos cuesta comprender.

Soy un ferviente creyente que la disciplina y la claridad de objetivos son fuentes indispensables para una vida con sentido, y el componente básico de estos es el poder controlar el impulso. La capacidad de distanciar las gratificaciones, de sacrificar algo ahora por algo más grande en el futuro, la habilidad de discernir que lo que anhelamos requiere una inversión hoy, y todo el andamiaje para poder lograr aquellas cosas que con constancia cuestan, se fundamentan en nuestra capacidad de poder decir(nos) que no en el momento adecuado.

No es fácil. Hay estudios (lean sobre “ego depletion”) que sugieren que para hacer uso de nuestra fuerza de voluntad requiere esfuerzo, y la capacidad diaria que tenemos para hacerlo es limitada. De modo que ayuda que nos alejemos de situaciones de prueba. Es más fácil evitar llegar a estar cerca de la tentación que tenerla enfrente y combatirla.

Y cómo todo en la vida, ser capaces de contener nuestros impulsos no es algo que se logra de un día para otro. Requiere de una motivación fuerte, un plan, y un entrenamiento constante. Los caprichos siempre estarán a la orden del día, y nuestra capacidad de ignorarlos, dejarlos pasar, en aras de cosas más importante será una buena medida para predecir qué cosas lograremos y que tan significativa será nuestra vida.

Haciendo la vida simple con rutinas simples

Por mucho tiempo asocié tener una rutina como algo aburrido, hecho para las personas que no buscan aventuras. Que la rutina mata relaciones, que la rutina envejece el cuerpo, etc.

Establecer rutinas es de las mejores cosas que puedes hacer para volverte una persona más eficiente. Hay una gran connotación cuando se habla de una rutina, pero cuando se quiere ser eficiente, tener un conjunto de rutinas es clave. Y más aun, un conjunto de rutinas bien pensado también puede hacernos más eficaces. La clave: que tu elijas tus rutinas.

Voy a ponerles un pequeño ejemplo. Por muchos años, yo tenía el problema de que olvidaba los cables de mi computador, o a veces incluso mi computador. Llegaba con un cliente, o a la casa, o a la oficina y sorpresa: faltaba un cable, un conector, o el mismo computador. Desde que mis amigos de Apple decidieron deshacerse del USB tradicional, la cantidad de dongles que necesito se duplicó. Hasta que lei un pequeño comentario sobre rutinas. Decidí comenzar por ahí.

Hice un checklist de cómo podía sacar y guardar mi computador sin olvidar nada. Salió un proceso simple: primero sacar el saquito donde guardo los cables. Sacar el cable de poder y conectar al computador. Luego sacar el cable del computador a la fuente de poder. Sacar los conectores. Finalmente sacar el computador y conectar todo. Al salir, de primero los cables al saquito, y por último el computador. Al inicio tenía la tendencia de querer sacar primero el computador (es más rápido) pero me obligué a primero sacar o guardar los cables. Desde entonces, no he dejado olvidado más.

A esta rutina base se han ido agregando pequeñas cosas. Por ejemplo, como el computador suele ser lo primero y lo último que hago al llegar o salir de un lugar, decidí agregar al checklist  una pregunta ¿debo llebar algo más? ¿me falta algo por hacer? Y esta me ha ayudado a no olivdar papeles, a cerciorarme que todo lo del día estuvo terminado y pareceidos.

Otra pequeña rutina de ejemplo. En los sitios de parqueo, era común que dejara olvidado el comprobante del parqueo en algún lado, o que lo perdiera. Instalé mi rutina de inmediatamente recibir el comprobante y guardarlo en mi bolsa izquierda de atrás. Desde que la rutina se instauró, el problema de los parqueos resuelto.

Y así, muchas rutinas han ido simplificando mis días. Por ejemplo, GTD (Getting Things Done) es una filosofía de cómo manejar tu pendientes por hacer. Yo hice mi propia versión de él, pero lo instauré en mi qué hacer diario como una pequeña rutina, que fue creciendo. Ahora me despreocupo de pendientes, porque sé que están almacenados, pero automaticé mi manera de trabajar, liberando capacidad de pensamiento para cosas más importantes.  Cómo todo en la vida: se require disciplina para crear el hábito, y al final, tu eres una colección de hábitos. Funda nuevos hábitos, comienza nuevas rutinas, y serás con el tiempo una nueva persona.

Producir, producir, producir

Desde hace algunos meses me embarqué en aprender portugués. Tal vez lo que más me ha sorprendido es que, aun teniendo semejanzas importante con el español, es completamente otro idioma. Desde algunas construcciones mentales, hasta ciertos puntos de vocabulario.

Unas semanas atrás escribí mi primer artículo en portugués. Estaba un poco nervioso, porque no estaba confiado de la “calidad” que iba a tener. Para ser un poco más sincero, estaba seguro que la “calidad” iba a ser mala (no pierdan el tiempo leyéndolo jajaja). El punto, y es de lo que trata, es que es el primero. Después habrá un segundo, un tercero, un 500avo. ¿Ustedes creen que los grandes escritores, sólo escriben grandes obras? ¡No! Pero sí escriben un montón.

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It is about Self-Discipline

It is about self discipline.
It is about deciding what’s important first.
It is about deciding what is not worth doing.
It is about understanding that time (and resources) are finite.
It is about commitment.
It is about happy life.
It is about finding meaning in life.
It is about perception.
It is about being practical.
It is about self-control.
It is about self-discipline.
It is about controlling what controls emotions.
It is about acceptance.
It is about embracing reality.
It is about understanding that change is part of reality.
It is about handling expectations.
It is about temperance.
It is about short term vs long term.
It is about resilience.
It is about standing up again.
It is about patience.
It is about habit.
It is about controlling thoughts.
It is about being present.
It is about awareness.
It is about progression and growth.
It is about being adaptable, to evolve.
It is about managing fear.
It is about

It is about God.

Luis H. Fernandez

Piensa en mejora no en perfección

 

La mayoría de cosas importantes en la vida son procesos, no hechos específicos. Normalmente cometemos el error en pensar que son hechos y no procesos, y esta pequeña diferencia tiene un gran efecto en nuestra propia escala global. Alguien no se “vuelve” honesto (o inteligente, o experto, o de alto rendimiento, o feliz) de un momento a otro. Para llegar a ser cualquier cosa hay que “convertirse”, transformarse. Me gusta mucho el vocablo inglés “to become” porque muestra con mucha precisión el concepto. 

Todos queremos en algún momento ser perfectos -o casi perfectos- en algo: en nuestra profesión, en nuestro hobbie, como amigos, como familiares, como lo que sea. Y buscamos esa perfección. Sin embargo esa búsqueda puede muchas veces verse truncada si nos intentamos aproximar a esa perfección de una manera adecuada. En la mayoría de situaciones esa “perfección” es en sí misma muy difícil, sino imposible de definir. Además, cuando pensamos en ella, nos da la impresión de estar actualmente muy lejanos de esa perfección, nos da la impresión de tener una gran grieta que es muy difícil de atravesar. Por eso es mejor pensar en mejora contínua en vez de perfección. Y de nuevo se introduce una paradoja: a través de mejorar poco a poco, nos vamos acercando más rápido a esa perfección.

 

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Cultiva la habilidad de enfocarte

 

Hemos visto en posts anteriores la importancia del enfoque. Para hacer un buen trabajo en cualquier área, aparte de tener un objetivo claro, es necesario cultivar la capacidad de enfocarte. Y quiero hacer énfasis en la palabra cultivar, o desarrollar, o crecer, o formar, porque la capacidad de enfoque es una habilidad que -como cualquier otra- se obtiene a base de práctica, repetición y ejercicio. No creas que podrás lograr ser una persona enfocada de un día para otro. Claro, sin duda ahora tienes cierta capacidad de enfoque para ciertas disciplinas, pero si quieres lograr grandes cosas debes mejorar esta capacidad. 

 

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Trabajo Duro

“El trabajo duro es la clave del éxito”, “todo se puede lograr con trabajo duro”, “para conseguir lo que quieres hay que trabajar duro” son sólo algunas de las frases que siempre nos han dicho sobre el “trabajo duro”. Pero siempre he creído que estas frases, aunque muchas veces acertadas, son incompletas porque dejan en el aire una pregunta importante: ¿qué es el trabajo duro? 

En alguna entrada futura hablaremos de lo importante de alimentarnos con mensajes claros, pero en el caso específico del “trabajo duro” es uno de los que más me ha interesado por mucho tiempo. Supongámos que un día nos levantamos con las ganas de mejorar muchas cosas, de tomar el camino de la superación personal. Uno de esos días en los que queremos cambiar el mundo y nos queremos cambiar a nosotros, donde las ganas no nos faltan y estamos listos para lo que se venga enfrente. Luego de levantarnos, bañarnos, desayunar y tomar el primer café nos decidimos a “trabajar duro”. Y entonces ¿ahora qué hacemos? ¿Cómo comenzamos con el trabajo duro?

 

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GTD para atletas de la información

Desde hace un par de meses he estado implementando GTD (Getting Things Done)como estrategia para ordenar mis tareas pendientes. Mi herramienta fundamental ha sido Evernote, aunque un amigo terminó de desarrollar una aplicación bastante interesante que comenzaré a utilizar en estos días. Cuando tenga un poco más de tiempo escribiré un artículo más extenso sobre el tema, porque creo que es un modo bastante eficiente de organizar las tareas que uno día a día necesita -quiere- completar.

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Grande es el hombre

Grande es aquel hombre que se posee, que es dueño de su mente y de sus pensamientos, que logra dirigir las acciones para que estén de acuerdo a sus pensamientos. Grande es aquel que se desprende de sí mismo para darse por completo, para lograr los imposibles. Grande es aquel que comprende que el crecimiento personal pasar por pequeños pasos, que el ser mejor se basa en ladrillos sobre ladrillos y que no hay manera de subir sin tener algo donde poner los pies. Grande es aquel que se disciplina a sí mismo, que elige sabiamente su rumbo y hacia el enfila todas sus acciones, sin importar que deba sacrificar para ello. Grande es el hombre que cree en sí mismo, que no se engaña creyendo, que cree sin límites, sin miedos. Grande es aquel para el cual sus metas no son sueños, son lugares a los que ha de llegar. Grande es aquel hombre que comprende el amor. Grande es el que ama sin pedir nada, el que ama sabiendo que es lo mejor. Grande es aquel hombre que también se ama, y fruto de ello reparte amor. Grande es el hombre que huye despavorido de la mediocridad. Grande es aquel que se guía por su razón, que ignora los embates del frío mundo para calentar su realidad. Grande es aquel que sueña y hace. Grande es aquel que duerme todos los días tranquilo y que le entrega su ser total a cada día, a cada cosa que hace. Grande es aquel que no se amaina ante sus propios caprichos, sino que los doma, domina y convierte en virtudes. Grande es aquel que es sincero consigo mismo, que se conoce. Grande es el hombre que debo ser.