Leyendo el libro Goals, de Brian Tracy, toca un tema que me parece muy importante, que es cómo adquirir la habilidad de proponerse buenas metas. Todos en algún momento de la vida nos hemos propuesto una o varias metas, pero muy pocas veces nos hemos puesto a pensar sobre las metas en sí, sobre cómo una buena meta puede ser mala o buena, sobre qué características debe tener una meta para que sea viable, o para que sea realmente meta. En un post futuro hablaré de la necesidad imperante de imponerse metas, pero ahora quiero hablar sobre las características que una meta debe cumplir.
Un primer paso importante es saber distinguir entre una meta y un sueño. Tener una vejez feliz, o tener una familia estable, no es necesariamente una meta. Ganar mucho dinero tampoco lo es. Estos son más bien sueños, o anhelos. Los sueños no son malos, al contrario, son el combustible para mucha de las cosas que hacemos. Pero caer en el error de confundir una meta con un sueño sí es algo grave. Porque ¿cómo vamos a saber que tenemos una vejez feliz, o una familia estable o que ganamos mucho dinero?
Los sueños nos dan una guía, un norte. Nos dicen por dónde queremos llegar, y sobre todo, nos dicen por qué. Para cumplir nuestros sueños necesitamos discernir las metas necesarias para llegar a donde queremos, y esas metas son las que nos irán llevando por el camino correcto. Las metas son fruto de un diseño interno, un diseño que define una voluntad de a dónde queremos llegar. Las metas son más mundanas, por llamarlas de alguna manera, en el sentido que especifican, aterrizan nuestros sueños y deseos. No podemos tener metas claras sin sueños, y no podemos cumplir nuestros sueños sin metas claras. Es un círculo que se autoalimenta a sí mismo, o si no se hace bien, se autodestruye a si mismo.
Read more Características de una buena meta